Regina, lideró este movimiento reuniendo a personas claves de la mexicanidad y fundó los círculos de mujeres que hoy en día se siguen juntando en su honor y memoria. Toda esta historia histórica la podéis degustar en la novela escrita por Antonio Velasco Piña y que se titula; Regina, 2 de octubre no se olvida. Velasco Piña, este erudito y escritor mexicano, tuvo como misión ser testigo de lo acontecido y guardián de esta memoria.
Y… ¿qué tiene que ver Amalurra en este episodio de la historia de México? El caso fue que Irene Goikolea, fundadora de la comunidad Amalurra, recibió, durante un viaje a Mexico que realizó en 1992, el fuego de Regina de manos del círculo de mujeres de Regina y del propio Velasco Piña, un fuego que simboliza el despertar de la conciencia femenina.
Y con este regalo regresó a casa con el cometido de iniciar en nuestra tierra este tipo de círculos, con este mismo objetivo: el despertar de lo femenino sagrado. De hecho, estos círculo son el origen del proyecto y comunidad Amalurra, una semilla que contiene la herencia y esta historia del otro lado del océano.
Desde entonces, en 1997, 2006, 2011 y este año, hemos acudido a esta cita conmemorativa para honrar nuestros orígenes y recordar el objetivos que nos puso en marcha. Agradecemos, por supuesto, a Irene que nos trajo este legado y que ha sabido mantenerlo con la misma ilusión que cuando empezó y transmitirlo a todos nosotros, que ya nos sentimos parte de este compromiso compartido: el de contribuir al despertar de la conciencia junto a cientos y miles de personas, movimientos y gestos que se multiplican en todo el planeta.
Viaje de mujeres 2011 en la pirámide la Luna, Teotihuacan.