Este 23 de septiembre, celebramos junto a otras comunidades de Europa de 15 países, el I Día Europeo de Comunidades Sostenibles,  organizado por la red europea ECOLISE. En la comunidad Amalurra tuvimos la oportunidad de compartir con unas 80 personas una jornada de sensibilización y aprendizaje sobre un concepto tan amplio, diverso y de moda como es la sostenibilidad.

Después del programa de la mañana, cada uno de los ponentes que participaron en la mesa redonda de la tarde ofreció una perspectiva distinta sobre el tema. Y, sin embargo, todos compartieron la misma idea común: la necesidad de un cambio de conciencia que fomente una vida sostenible basada en el respeto a la naturaleza y al medio ambiente.

Así, Francisco Villar, profesor de economía de la Universidad de Burgos, quien acudió con un grupo de estudiantes de Educación Social, resaltó la educación como herramienta básica para conservar los recursos que tenemos, no solo para nosotros mismos, sino para las siguientes generaciones.

Gorka Egia, alcalde de Orendain (Gipuzkoa), ofreció una amplia panorámica de las medidas que han convertido a su pueblo en un ejemplo de concienciación y práctica ciudadana en sostenibilidad. Así, Orendain aspira a la autosuficiencia energética respondiendo localmente y teniendo en cuenta muchas veces soluciones prácticas y sencillas de nuestros antepasados.

Koldo Santiago, representante de Enkartur, aportó una visión del trabajo que se está realizando desde las instituciones vascas, en concreto en la comarca de las Encartaciones, para fomentar el turismo sostenible.

Irene Goikolea, fundadora de la comunidad Amalurra y miembro del consejo de la GEN (Global Ecovillage Network), proporcionó una perspectiva profunda de la sostenibilidad, enfatizando la necesidad de recuperar el sentido de lo sagrado que todos llevamos dentro, y que los pueblos indígenas han conservado, pues “si reconocemos lo sagrado y lo incluimos dentro de toda expresión de vida, la vida nos hablará como habló a nuestros antepasados y nos recordará cómo vivir en armonía con la creación y cómo restaurar el equilibrio intrínseco a la vida”. Para ella, el recuerdo de lo sagrado es la clave que puede despertar nuestra conciencia a la unicidad a la que pertenecemos, frente a la separación que la cultura occidental ha promovido.

La mesa redonda concluyó con la participación de Olatz Legarza, miembro del proyecto Amalurra, quien ofreció una panorámica de las 4 dimensiones de la existencia: social, cultural o espiritual, ecológica y económica, a las que la quinta dimensión o visión holística abarca y que han permitido el diseño de todo el sistema comunitario. Cada dimensión incluye una serie de principios o pilares en los que la comunidad Amalurra se ha apoyado para implementar una forma de vida que promoviera una transformación positiva basada en la reflexión, el diálogo, la investigación y el diseño de proyectos.

Al final, Irene Goikolea volvió a tomar la palabra para dirigirse especialmente a los jóvenes presentes a los que les ofreció todo su apoyo y entusiasmo: “Todos los jóvenes,” les dijo, “soñáis con hacer una contribución a la Tierra. Si ponéis en marcha vuestro sueño, os trazaréis unos objetivos y, para ello, una disciplina también. Con el tiempo, veréis que se habrán despertado en vosotros unos dones y esos son los dones que podéis entregar a la Madre Tierra y ella estará contenta. El futuro es vuestro,” prosiguió. “Tenéis una responsabilidad tremenda, pero si creéis en los sueños, todo tendrá un sentido.”

Este fue el broche con el que concluyó un día de intercambio y conexión.

Amalurra Comunidad

 

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